Econ. Paola Talavera
En las economías desarrolladas las MiPymes conforman una porción muy importante de la actividad económica, significando más del 90% de las empresas y generan más de la mitad del empleo que ofrece la actividad económica empresarial. Para la generalidad de estas economías constituyen un factor de gran dinamismo.
El panorama competitivo de las principales economías comenzó a desarrollar nuevas estrategias para dominar los mercados y ganar nuevos segmentos, generando el sólido crecimiento económico de Japón, Alemania, las nuevas economías industrializadas de Asia, Canadá y EEUU.
Investigadores como Fernando Villarán y Hernando de Soto (1993; 2000) durante los 80 ya difundieron la idea de las ventajas que ofrecen las MiPymes a la economía; otros autores como Peter Senge y Peter Drucker, señalaban que todos podemos ser empresarios tan solo necesitamos identificar esa oportunidad que nos permita en el largo plazo crecer y consolidar una empresa.
Esa concepción de que para ser empresario se necesita grandes capitales y espacios físicos de gran envergadura, cambia dentro de este nuevo paradigma en las escuelas de negocios y con ella la misma definición del prototipo de empresario. Ya no se trata de un hombre Cosmopolitan con estudios en el extranjero, viviendo en zona residencial, con buenos automóviles, bien vestido; no, el nuevo paradigma es el que lucha día a día para ganar nuevos clientes ese es el nuevo empresario.
Una particularidad a conocer es el caso de EEUU, en donde el 99% de las empresas son MiPymes, proveen el 75% de los empleos nuevos netos que se generan todos los años, emplea 50,1% de la fuerza laboral privada y las empresas pequeñas aportan el 40,9% de las ventas privadas, lo que refleja su importancia. Pero en 1953 el Gobierno de los Estados Unidos, creó una agencia para representar a las MiPymes, para consolidación y éxito de estas empresas a partir de un criterio de competitividad. Se crearon diferentes áreas, financiamiento, generación de oportunidades de negocio y el acceso a mercados internacionales.
Mientras, en otra parte del mundo, Japón evidenció la importancia de las MiPymes en 1955 durante un período de crecimiento sostenido. Dentro del plan de desarrollo económico se consideró el papel activo en la economía nacional, por que se las incluyó en diferentes actividades como la adaptabilidad a los consumidores, su bajo requerimiento de capital, su adaptabilidad al suministro continuo de materia y otros. Desde entonces Japón desarrolló un proceso de modernización de orden financiero, impositivo, tecnológico y de asesoramiento concentradas en este sector que nunca fue prioritario hasta ese entonces.
Las MiPymes en la Unión Europea tiene un papel decisivo en la competitividad y en el dinamismo de la economía. La UE desarrolló un proceso de promoción de emprendimientos y creación de pequeñas empresas, ya que en ese entonces representaban el 99% de las empresas y proporcionaban el 2/3 del empleo del sector privado y contribuyendo en más del 50% en el valor creado en la región.
Estos ejemplos mundiales muestran la diferencia con América Latina, en donde la mayoría de las MiPymes son organizaciones informales, surgidas de los proceso de atomización social producto de la integración de estas economías de los proceso de globalización, no hay cambios profundos en las estructuras competitivas de la actividad empresarial, ni en el marco jurídico institucional que permiten el funcionamiento de la actividad económica.
Vemos como las potenciales economías comenzaron a darse cuenta de la importancia de crear y contener a las MiPymes desde los años 50, en donde ya crearon comisiones o instituciones especiales para este sector. Es lo que está pasando ahora en Latinoamérica, con unos años atrasados pero al menos en proceso de conocer y realmente darle la importancia que necesita este sector, en oportunidades de financiamiento, acompañamiento en la creación, solución de problemas, oportunidad de crecimiento en el mercado nacional e internacional y potenciar a las empresas que representan el mayor porcentaje de empleo en la región. Es el momento de las MiPymes.